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domingo, 13 de julio de 2014

CRÓNICAS DE UN FRIKI VI



CRÓNICAS DE UN FRIKI VI

LOS CÓMICS (o tebeos); quinta parte.
Nace el coleccionista

            Cuando uno comienza a leer cómics desde su más temprana edad, invariablemente termina convirtiéndose en coleccionista de los mismos. Es la evolución lógica del friki. Ya no le vale con leer un tebeo cada tres meses o tener que estar dependiendo de si los vecinos, amigos o parientes lo tienen o encontrárselo de casualidad en un frutos secos cuando va a cambiar los que posee. Además, cuando se conoce más a fondo el universo descrito en los cómics, se descubre que estos poseen historias que continúan de un número para otro y que existen personajes y tramas que son muy interesantes de seguir. Es, por tanto, necesario dar el siguiente paso.
            En mi ejemplo, tuve que esperar a ciertos factores, siendo el más importante de ellos el monetario. Ya os he explicado que de niño mi paga era muy exigua y que los cómics Vértice se salían de mi presupuesto; al menos comprarlos nuevos, cambiarlos sí podía. Por eso, aunque ya deseaba fervientemente poder coleccionarlos, tuve que esperar a tiempos mejores. Estos llegaron a raíz del cambio de casa, cuando mis padres decidieron irse de Usera en Madrid a una de las esquinas de Fuenlabrada, una ciudad-dormitorio muy cerca de Madrid, apenas a veinte minutos en RENFE. Esto supuso un mayor desahogo económico y que mi madre me aumentara un poco más la paga. Entre medias de este magno acontecimiento en mi vida, sucedió algo imprevisto.

La nefasta Bruguera

            Cómics Vértice cerró como os explique en anteriores entrada de estas, mis Crónicas, y su lugar lo ocupó Ediciones Bruguera, una editorial que se especializaba en tebeos de humor más que en superhéroes, pero eso cambiaría a raíz del éxito de la película “La guerra de las galaxias” (Star Wars) en 1977. Ya hablaré del cine en su debido momento. Marvel estaba sacando por entonces una colección de cómics basada en el filme y en España Bruguera adquirió los derechos de publicación. En el paquete, junto a Star Wars, también vinieron las series de Ka-Zar, La Mosca Humana y 2001: una odisea del espacio, todas colecciones de Marvel. No pararon aquí las negociaciones de Bruguera. Otro gran éxito de cine, “Superman”, en 1978 llevó a la editorial española a adquirir los derechos del cómic del superhéroe por excelencia de la DC, archirrival de Marvel. Con Superman vinieron Batman y otros personajes DC y comprobando Bruguera lo bien que se vendían sus productos, negoció con Marvel para publicar en español las aventuras de los dos héroes más populares por entonces: Spiderman y La Masa (Hulk).
            Bruguera se caracterizó porque sus colecciones de superhéroes eran a tamaño original respecto a las ediciones americanas, a color y con mayor número de páginas por tebeo. Hasta ahí todo parecía correcto. El problema era que el color era plano, no a base de puntitos y ciertos efectos que por entonces las imprentas americanas daban a sus cómics intentando crear mayor profundidad en los dibujos y para no cansar la vista de los lectores, cosa que los colores planos de Bruguera (era más barato hacerlo así) sí hacía. La impresión mecánica de los textos, tanto narrativos como los bocadillos (diálogos) eran con rotulación mecánica, no en formato cómic, con lo que la lectura se convertía también en más pesada y menos dinámica, aparte que todo era en mayúsculas y en múltiples ocasiones sin acentos. Y esto no era lo peor. La política editorial de los cómics en Bruguera debía encontrarse en manos de gente que no sabía ni le importaba nada del mundo de los superhéroes, porque de otra forma no se podía explicar lo que hicieron. Aunque publicaban las series americanas, no respetaban ni el formato ni el orden cronológico de las publicaciones. Poniendo un ejemplo, en Spiderman descubrías  que en un número de Bruguera te podías encontrar dos de Marvel, ya que los linces de Bruguera en ocasiones te quitaban páginas para que entraran dos números americanos. Además, también te metían entre medias aventuras de Los 4 Fantásticos, que, oye, está genial, pero uno se compraba Spiderman, no a Richards y compañía.
            Y esto no era lo peor, no, porque quedaba el asunto del absoluto desprecio de Bruguera a la continuidad de las aventuras. Siguiendo con el ejemplo de Spiderman, te comprabas el número 15 y en él venía el equivalente americano, el 88 de The Amazing Spiderman, por decir uno. Cuando comprabas el número 16 de Bruguera con ansia porque querías descubrir como terminaba la pelea de Spidey con el Lagarto, te encontrabas con la desagradable sorpresa de que en el 16 de Bruguera no venía el 89 de The Amazing Spiderman, sino el 15, o el 120, o incluso de otra colección de Spiderman como podía ser Peter Parker is the spectacular Spiderman o Marvel Team-up; vamos, un desastre total. Y encima, los cómics de Bruguera eran muy caros. Al igual que yo, muchos lectores de superhéroes, estando los tebeos de Bruguera en los quioscos, preferíamos leer y seguir comprando los de Vértice que se pudieran encontrar. No dejé de leer tebeos, por supuesto, pero no quería saber nada de los de Bruguera; ni regalados.

¡Así habló Zaratustra!

            En estas estaba, cuando en 1983 vio la luz la que posiblemente fue la mejor editorial en España que publicara los cómics de Marvel. Lo descubrí de casualidad, como estas cosas suelen pasar de todos modos. Dando un paseo montado en mi estupenda bicicleta GAC, decidí salir de mi barrio y explorar un poco otras urbanizaciones. Por entonces Fuenlabrada era una ciudad que consistía en un núcleo rural (el pueblo original) y modernas urbanizaciones muy separadas unas de otras por carreteras, fábricas y polígonos industriales, huertas y enormes descampados, lo que era increíble para los chavales que podíamos vivir autenticas aventuras. Pues bien, en mi paseo descubrí en una esquina de una amplia avenida, con unos cuantos bloques de apartamentos aquí y allá, un quiosco que la última vez que pasé por allí no estaba. Picado por la curiosidad, me acerqué y bajé de la bicicleta. Era un quiosco de los de “última generación”, más o menos como los quioscos modernos de hoy en día, y sus laterales con vidrieras estaban repletos de revistas, periódicos y… ¡cómics! Porque fue ese día y no otro cuando vi por primera vez los Cómics Fórum y, nada más y nada menos, que Spiderman y Conan el bárbaro (pincha AQUÍ para que el momento sea mágico). Apenas daba crédito a lo que veían mis ojos. ¿Qué nueva editorial era esa? ¿Cuánto tiempo llevaban publicando los tebeos? Porque eran el Spiderman y el Conan números siete ambos.
            Espoleado por la furia justiciera y friki, pedaleé hasta mi casa en tiempo record, tomé dinero y vuelta al quiosco a toda velocidad jugándome el pellejo en los cruces ante los automóviles. Compré ambos tebeos al precio de noventa y cinco pesetas (ni un euro) cada uno y tuve en mis pecadoras manos mis dos primeros cómics que iniciarían mi etapa como coleccionista.

Cómics Fórum; la novena maravilla

            Sí, eran los cómics Marvel que me apasionaban pero publicados por otra editorial que nacía bajo el amparo de la todopoderosa Planeta: Fórum. ¿Pero, quienes eran Fórum y porque estaban sus cómics en un modesto quiosco perdido en una esquina de un suburbio de una aburrida ciudad periférica de Madrid? Calma, calma, todas las preguntas serán contestadas.
            Como era de esperar, Bruguera se estrelló en cuanto a ventas con sus cómics. Al menos, no sacó el dinero esperado por ellos dado lo que invirtió (más que nada en derechos de publicación, porque en calidad poco invirtió), pero sobre todo porque las condiciones impuestas por Marvel para publicar sus productos fuera de USA habían cambiado y Bruguera no podía hacer frente a esas demandas; o al menos es lo que se comenta entre los aficionados. La cuestión es que en 1983 Planeta obtuvo los derechos de los héroes Marvel y creó una división llamada Cómics Fórum. Sus primeros tebeos en publicarse serían Conan el bárbaro, La Masa, Spiderman, Los 4 Fantásticos, Daredevil, Thor y Los Vengadores. En 1985, a raíz de la desaparición de Ediciones Surco, pudo conseguir los derechos del resto de colecciones Marvel y poco a poco fue sacando dichas colecciones al mercado.
            Incluso hoy en día, la calidad de las ediciones Fórum sigue siendo insuperable. A la intensa emoción que da el leer uno de esos tebeos de la época (que conservo) se une el que Fórum era un equipo que supo crear un producto que rompió moldes en España. Eran rotulistas, traductores, grafistas, editores, publicistas, colaboradores… que amaban su trabajo y sobre todo los cómics, lo que se evidenciaba en el resultado final. Al principio los cómics poseían treinta y dos páginas, por lo que venía un número y medio americano en cada tebeo español. Años más tarde imposiciones de Marvel obligaron a Fórum a meter colecciones de superhéroes que no poseían colección propia en España por falta de ventas en otras colecciones y mucho más adelante Fórum llegaría a publicar los cómics exactamente igual que en Estados Unidos, a un episodio por mes y además sincronizando todas las colecciones. En 2004 Fórum perdería los derechos de publicación de los cómics Marvel ya que Panini, la custodia legal de esos derechos en Europa, no le renovó el contrato, siendo Panini a partir de 2005 quien publicara los cómics Marvel y de ahí hasta ahora. Pero ya la calidad no era la misma, y quien haya vivido los años dorados de Fórum sabrá de lo que hablo.
            Pero retrocedamos de nuevo a ese momento en el que descubro por primera vez la existencia de los cómics de Fórum. Emocionado, llegué a casa, aparqué la bici en la terraza y me dispuse a leer esos tebeos. Para empezar, poseían un correo para lectores, en el que ciertos profesores y dioses contestaban las dudas, manías o sugerencias de los lectores con humor, genialidad y paciencia. Era alucinante. Por si fuera poco, te tenían al tanto de las noticias Marvel, de los personajes y las tramas, y siempre te venía el número USA al que correspondía el número español. Supe así que Spiderman y Conan eran colecciones quincenales y que todavía podría estar a tiempo de conseguir los números anteriores. Más adelante Conan pasaría a ser mensual y Spiderman incluso por un tiempo semanal antes de volver a ser quincenal y, finalmente, mensual, hasta llegar a los tomos donde se agrupaban todas las colecciones americanas originales.

            Cuando comencé a batir con la bicicleta todos los quioscos que conocía de Fuenlabrada pronto descubrí que en ningún otro sitio vendían cómics Fórum. Desesperado, retorné al primer quiosco y pregunté al señor quiosquero donde podría conseguir los números anteriores. El señor no lo sabía, porque él se limitaba a recibirlos, exponerlos y venderlos. Me sugirió que me pusiera en contacto con la editorial y les pidiera los números atrasados, tal y como se hacía con las colecciones de fascículos. Cuando compré los siguientes números de Spiderman y Conan, añadiendo ya Los 4 Fantásticos y Los Vengadores a la saca de mis nuevas colecciones, leí con suma emoción que ya Fórum te ofrecía la posibilidad de pedir los números atrasados enviando un cupón o una carta a cierta dirección. Y ojo, porque esto poca gente lo sabe, pero el primer almacén que tuvo Fórum estuvo ubicado en Fuenlabrada, en concreto, en un polígono industrial de la carretera que lleva a Moraleja de Enmedio justo al lado de mi casa; en diez minutos llegaba andando. También lo descubrí de casualidad, con unos amigos paseando en bici por esos lares en busca de líos y aventuras propias de la edad. Me fijé en unos carteles de publicidad y, ¡aleluya, aleluya!, resulta que era el almacén de la editorial. Pude comprar allí directamente los cómics atrasados e incluso algunos nuevos, pero no tardó Fórum en crecer y mudarse a otro lugar de Madrid. Si tienes los primeros números de las primeras colecciones de Fórum, descubrirás en los textos de crédito comerciales, en la primera página, la dirección de ese almacén en Fuenlabrada.
            Con las colecciones ya completas, apenas iniciadas, dio comienzo la siguiente etapa en mi vida de friki de los cómics: ser coleccionista. Esto no era ya como cambiar o buscar tebeos por los frutos secos. Sabiendo que los ejemplares eran muy limitados y pocos los lugares donde los vendían, con el traslado del almacén de Fórum a otro lugar, únicamente me quedaba estar pendiente de las salidas de los números y ser el primero en adquirirlos. En la próxima entrega de las Crónicas hablaré de la dura vida de un coleccionista de cómics en una época donde no existían las librerías especializadas, ni Internet, ni los teléfonos móviles y donde conseguir ese número que se te escapaba era toda una odisea. Así como todas las artimañas y peripecias necesarias para obtener el dinero con el que comprar el vicio, la dosis, el chute de tinta, colores, papel y aventuras que llenaban mi mente haciéndola volar y disfrutar como nunca. La edad de oro de los cómics Marvel en España. Continuará…


Si te gustan las Crónicas de un friki, aquí tienes los enlaces para ir al primer y penúltimo episodio:
Crónicas de un friki V                             
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