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domingo, 8 de abril de 2012

Avance CABALLEROS DE LA POUR LE MÉRITE


El famoso caballero negro           

Von Schleich, Eduard Ritter,  es uno de los pilotos alemanes de la Primera Guerra Mundial más famosos y exitosos, conocido también como “el Caballero Negro”. Nació el 9 de agosto de 1888 en Múnich, pero su familia se trasladó muy pronto a Bad Töiz, una ciudad famosa por sus balnearios donde acudían personas de todo el Imperio para gozar de las instalaciones. Era hijo de un artista, pero estaba claro que al joven Schleich no le atraía en absoluto el mundo bohemio de los artistas y deseaba ser militar, algo muy común entre los jóvenes de la época. Además, y esto era muy importante para él, no podría validar el título de noble hasta que no se graduara con honores militares, puesto que el resto de nobles no le tratarían con el debido respeto si solamente fuera un “pintor” o “escultor”, profesiones que por entonces no gozaban de mucho prestigio entre la más alta y rancia nobleza prusiana. Después de terminar la escuela, von Schleich decidió inscribirse en un programa militar para cadetes, que gozaba de excelente reputación entre los militares, en el ejército bávaro en el año 1908. En 1909, ó 1910 (las fechas varían según las fuentes consultadas), obtuvo una comisión con el 11º Regimiento de Baviera para terminar de formarse como soldado. Pero no fueron buenos tiempos para el joven, pues al parecer tuvo serios problemas de salud relacionados con su físico que a punto estuvieron de hacerle dejar el servicio militar. Durante un pequeño periodo de tiempo llegó incluso a estar fuera de servicio, pero finalmente, y por fortuna para él, logró recuperarse y continuar con su vida como soldado.
Tras su ingreso de nuevo en el ejército, gracias a su intachable expediente, fue ascendido a teniente, justo antes de que comenzara la Primera Guerra Mundial. Con cientos de miles de hombres movilizándose para los frentes de batalla, la unidad de von Schleich marchó a primera línea de combate, siendo nombrado poco después comandante de la misma. Fue gravemente herido en la batalla de Lorena el 20 de agosto de 1914, justo el mismo día de la contraofensiva alemana en un intento de romper las defensas francesas. En los cruentos combates que se dieron esa jornada, von Schleich luchó valientemente, hasta que fue impactado por metralla (algunas fuentes aseguran que fueron balas perdidas) y por consiguiente fue retirado del frente. Sus heridas eran bastante preocupantes y se llegó a temer incluso por su vida. Como fuera, parecía que la guerra había terminado para el joven oficial.
Mientras se recuperaba de sus heridas, von Schleich decidió pedir el traslado de manera voluntaria a la Fuerza Real Aérea de Baviera, destino que no le denegaron pues se pensaba, por aquel entonces, que ser piloto de aviones de reconocimiento no era algo que necesitara de un buen físico como la guerra en tierra. Comenzó de inmediato, y sin estar recuperado del todo, con los entrenamientos para convertirse en observador aéreo. Después de un tiempo realizando misiones de observación con un Fokker de dos plazas, solicitó ser entrenado como piloto de combate, terminando los entrenamientos en septiembre de 1915.
En octubre de 1915 se unió, como comandante en jefe, al escuadrón de Defensa nº 28, poco después fue trasladado al Jasta 1 y finalmente terminó recalando en el Jasta 21 como oficial al mando. En enero de 1916, cerca de Verdún, se le encomendó una vital misión de reconocimiento sobre las líneas enemigas. Era muy importante poder recabar información sobre las posiciones enemigas, y von Schleich se tomó muy en serio su obligación. En mitad del vuelo de observación fue herido en un brazo por una explosión antiaérea, pero en vez de volver a la base para curar la herida, ordenó a su acompañante Hans Adam, (futuro as de la Jagdgeschawader I) que le vendara la herida en pleno vuelo para poder continuar con la importantísima misión. Entre el tronar de las balas y las explosiones de las baterías antiaéreas enemigas, Adam curó como buenamente pudo a von Schleich y después continuaron volando terminando con éxito el reconocimiento. Ambos valientes fueron premiados con la Cruz de Hierro de Primera Clase por esta acción.
La herida significó para von Schleich el retiro hasta su total recuperación, lo que le obligó a estar sentado detrás de un escritorio hasta septiembre de ese año, para frustración del piloto. Dado que no había aviones disponibles para combatir, von Schleich se apropió de un aparato Nieuport francés capturado en una escaramuza anterior y ordenó que le pintaran ambos lados del aparato de color negro y que luego pintaran encima la cruz teutónica. Después, salió a volar con este avión y entró en combate. La decisión de von Schleich no gustó nada al Alto Mando y le retiraron el avión, pero tanto insistió y se quejó von Schleich, que finalmente fue enviado a la escuela de pilotos de combate, donde su instructor, Erwin Boehme, sólo le pudo retener catorce días. Von Schleich tomó entonces el mando del Fliegerschule 1 y el 21 de mayo fue enviado de nuevo al frente al mando del Jasta 21.
El 25 de mayo de 1917, von Schleich entabló un feroz combate contra un oponente de gran habilidad, un piloto francés que plantaba cara al alemán con valentía y resolución. Tras el disputado combate, von Schleich logró abatir a su oponente y contempló como el avión se estrellaba. Dispuesto a intentar salvar al valiente piloto, von Schleich no dudo en aterrizar su aparato y correr hasta el enemigo, pero ya era tarde, pues había muerto. Era el famoso as francés René Dorme. No pudiendo hacer ya nada por su enemigo, von Schleich subió de nuevo a su avión y se retiró a la base, no sin antes ordenar a unos soldados alemanes que llevaran el cuerpo del piloto abatido a las líneas francesas con una nota que decía:
«Este piloto ha muerto valientemente luchando por Francia.»
Esta anécdota nos revela el gran carácter de este increíble piloto, su valentía y honor. Por si fuera poco, y como otra muestra de su gran valía, el Jasta 21, antes de la llegada de von Schleich, poseía un historial bastante pobre en combate y su moral era muy baja. A la llegada de von Schleich, y en un solo mes, la moral había subido y se habían derribado 36 aviones enemigos; 19 de esos derribos fueron efectuados por von Schleich.
Un suceso muy importante que marcó la vida de von Schleich fue cuando su mejor amigo del Jasta, el teniente Erich Limpert, fue asesinado en un combate cuerpo a cuerpo cuando su avión se vio obligado a efectuar un aterrizaje de emergencia en las líneas enemigas. Después de recuperar el cuerpo de su amigo, von Schleich estaba tan conmocionado que ordenó pintar su avión de negro en memoria de Limpert. Desde entonces, a von Schleich se le comenzó a conocer como “el  Caballero Negro”. Volando siempre por delante de su escuadra, el avión negro destacaba sobre los demás,  trayendo el temor a los enemigos y subiendo la moral de los pilotos alemanes y de los soldados que le observaban desde tierra. Entre los aliados la escuadra de von Schleich comenzó a ser llamada “el escuadrón del hombre muerto”. Pero “el Caballero Negro” también era muy bromista, tanto que con sus bromas rallaba la temeridad.
En una ocasión, tomó un avión francés capturado, un Spad, y pintó cruces alemanas a ambos lados del aparato. Una vez en el aire con este aeroplano se topó con una escuadra francesa, pero en vez de huir o combatir se unió a ellos en la patrulla.
Voló bastante tiempo con los franceses que no se dieron cuenta de nada, hasta que el líder de la patrulla contó los aeroplanos y se dio cuenta que había uno de más. Se acercó y descubrió las cruces alemanas en el intruso. Von Schleich logró escapar a duras penas de las iras de los franceses, pero no de las severas reprimendas de sus superiores. Otra anécdota curiosa es aquella que cuenta que von Schleich cayó enfermó de disentería y se le ordenó guardar cama y alimentarse con sopa.
Tras unos días, el Caballero Negro estaba más que harto de aquella vida y mandó que se le preparara el avión. Antes se comió un pollo asado, bebió vino y disfrutó de un gran cigarro. Después se puso a los mandos de su avión, despegó y le dio tiempo a derribar a un enemigo antes de retornar a su base. Fue arrestado nada más bajar del aparato y se le encerró en sus habitaciones con guardias en la puerta y ventanas. Cuando terminó de curarse, se le concedió una licencia de seis semanas. A su regreso, von Schleich fue asignado a un nuevo Jasta, pero los desacuerdos entre Prusia y Baviera hicieron que terminara destinado a un grupo recién creado en Baviera, el Jasta 32, que más tarde pasó a formar parte de la Jagdgeschwader 8. Para octubre de 1917 la cuenta de victorias del  Caballero Negro ascendía a 25. Fue entonces propuesto para recibir la Pour le Mérite, pero debido a otras disputas entre Prusia y Baviera acerca de cuál medalla era de más prestigio, no se le terminó de conceder, pero a cambio se le dio el rango de Oberleutnant. Finalmente, el 4 de diciembre de 1917 le fue entregada la prestigiosa condecoración de manos del propio emperador y unos días más tarde fue premiado con la Orden Militar de Max-Josef por el rey de Baviera. Fue entonces cuando recibió el título de caballero, o sea, von. En agosto de 1918 fue ascendido a Hauptmann (capitán) y en octubre de ese año se le ordenó viajar a Berlín para probar unos prototipos de cazas. Cuando regresó al frente la Gran Guerra había terminado. Tuvo que ser hospitalizado brevemente para que pudiera recuperar fuerzas después de tantos años de luchas. En 1919, fue nombrado inspector del Servicio Aéreo de Baviera. En abril de ese año, el Partido Comunista de Alemania tomó por la fuerza el control de Munich y el nombre de von Schleich fue puesto en una lista para su detención y posterior juicio. No obstante, las tropas leales al gobierno lograron expulsar a los comunistas al mes siguiente, devolviendo Baviera a la Republica de Weimar. Después de una breve temporada como piloto en la Policía, se convirtió en oficial de enlace con la Comisión de Paz del Ejército, responsable de la aplicación de los términos del armisticio. Pero finalmente, debido al Tratado de Versalles, muchos pilotos fueron desmovilizados en diciembre de 1921, entre ellos von Schleich, que se vio obligado a trabajar como granjero de turba y más adelante como piloto de la aerolínea de Lufthansa, donde permanecería hasta 1933. Antes, en 1929, fundaría un club de vuelo en Munich. Deslumbrado por las promesas de gloria del Partido Nazi, se convirtió en miembro de la SS-Fliegerstaffel y del Partido Nazi en 1931. La SS-Fliegerstaffel era una organización paramilitar de vuelo, encargada de entrenar a las Juventudes Hitlerianas para formar a los cadetes y convertirlos en futuros pilotos de guerra. A von Schleich se le dio control total sobre una de estas escuelas y fue ascendido a General y nombrado Presidente de la Liga Alemana de Deportes de Aire, además de ser elegido para el Reichstag. Con la creación de la Luftwaffe en 1935, von Schleich regresó al servicio militar supervisando la formación de unidades de aire de reserva y para entrenar a los pilotos en los bombardeos en picado. Luchó en la Guerra Civil Española en la famosa Legión Cóndor. A su regreso de España se le nombró comandante de la nueva Jagdgeschwader 234 en 1937 y más adelante del Jasta 132 que fue bautizada como Jasta 26 “Schlageter”. Su misión era la defensa de la frontera occidental de Alemania. Finalmente, debido a los delirios de Hitler, Alemania entraba de nuevo en guerra; comenzaba la Segunda Guerra Mundial.
Von Schleich se convirtió en comandante de la escuela de pilotos de combate en Viena-Schwechat, Austria, en diciembre de 1939. A finales de 1940 fue enviado a Rumania para ayudar en la organización y creación de la Fuerza Aérea Rumana. En 1941 se convirtió en comandante de las fuerzas de ocupación en Dinamarca, puesto en el que estuvo casi dos años y medio, hasta que fue nombrado teniente general el 1 de septiembre de 1943. Su siguiente destino fue Noruega, como comandante de las fuerzas de tierra de la Luftwaffe, cargo que ocupó hasta finales de 1944, cuando fueron disueltas las fuerzas. A mediados de noviembre von Schleich engrosó las listas de la reserva.
Cayó prisionero de los ingleses nada más terminar la guerra y fue internado en un campo de prisioneros para oficiales de alto rango. Von Schleich ya se encontraba enfermo y sufrió una afección cardiaca que le provocó la muerte el 15 de noviembre de 1947, a los 59 años de edad. Fue enterrado con todos los honores militares en Diessen am Ammersee, cerca de Munich. Desparecía así un extraordinario soldado dueño de una insólita personalidad, respetado y temido por sus adversarios, el tan temible “Caballero Negro”, sólo superado en fama por el mismísimo Barón Rojo. Eduard Ritter von Schleich fue unos de los mejores pilotos de la Primera Guerra Mundial, con 35 victorias confirmadas y posiblemente algunas más no concedidas.


Esta biografía forma parte de otras muchas recogidas en la obra CABALLEROS DE LA POUR LE MÉRITE escrita por Juan Carlos Sánchez Clemares y publicada por Stuka Ediciones. Puedes adquirir la obra en librerías especializadas y grandes superficies y a través de la página Web de la editorial.

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